Seguramente cuando vemos el “boom” de aplicaciones existentes en el universo de las plataformas IOS y Android, no podemos evitar considerarlas como algo relativamente sencillo y tal vez económico. Sin embargo, crear una App va más allá de tener una buena idea.
Antes de cualquier otra consideración, dentro de muchas importantes, debe tener en cuenta que esa idea debe ayudar en algo a otras personas; que esa App que tiene en mente, debe servirles en su día a día a sus usuarios, supliendo necesidades o deseos que ellos tal vez no creían requerir o anhelar, pero que finalmente, mediante su uso, se convierta en un espacio de solución constante que valga la pena conservar.
¿Qué más debe tener en cuenta a la hora de crear una App?
1. Quién descargaría mi App y para qué?
2. El servicio que ofrezco o la utilidad de mi App es aplicable a la vida cotidiana?
3. Analizar posibles ideas similares en el mundo. Somos humanos y todos los días nos llegan ideas a la cabeza, así que no es conveniente dar por sentado que se es el primero a quien se le ha ocurrido algo novedoso. Primero debe investigar si ya su idea está desarrollada en algún lugar, y de ser así, analizar cómo la aplican, cómo la utilizan y lo más importante: cómo mejora la calidad de vida de sus usuarios.
Ahora, también debe tener muy presente que más importante que elaborar una buena App, es darla a conocer, pues muchas personas creen que el proceso sólo viene compuesto por imaginar la App, diseñarla, montarla en las distintas plataformas y listo! Ahora seré rico. Nada más alejado de la realidad. Para que la App que ha creado cumpla su función y haya retorno de su inversión, debe publicarla, hacer que las personas sepan de ella y enganchar al usuario final, bien sea a través de una estrategia digital o combinándola con medios tradicionales como publirreportajes y anuncios en revistas especializadas, que traen per sé costos y tiempos de ejecución, que es primordial tener muy claros.
Nuestro consejo es que no se centre tanto en la cantidad de usuarios que van a descargar su App. Es mejor que piense en la cantidad de usuarios a quienes les servirá y cada cuanto la utilizarán. Ambos escenarios son muy diferentes y su enfoque, es lo que realmente marcará la diferencia.
Por último, asesórese bien, pues los valores de una App varían mucho, así que le aconsejamos que antes de cotizar o contar su idea a alguien, aterrice muy bien su proyecto. Tómese el tiempo para estructurarlo, así sea por escrito o a modo de mapa sinóptico, y haga un paso a paso de sus funcionalidades. De esta manera, a la hora de cotizar, va a tener muy claro lo que necesita que contenga su App, permitiendo a su vez a quien cotice, hacerlo basado en el grado de complejidad de sus requerimientos y que pueda incluso ofrecerle una asesoría más acertada, pues siempre será bueno encontrar a alguien que mire el bosque completo y no solo el árbol que está en frente para asegurar el mejor resultado.
Fabian Avila I.